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Arte contemporáneo en jardines verticales: La visión única de Tamara Velasco

Tamara Velasco: El Arte que Florece entre Jardines y Lienzos

En el Restaurante Cuatrovigas, un lugar lleno de encanto en Bollullos de la Mitación, las obras de Tamara Velasco han transformado el espacio en una ventana hacia mundos imaginarios. Su última exposición, Alicia, un viaje abstracto y geométrico, no es solo una muestra de arte contemporáneo; es una invitación a adentrarse en una versión distinta del clásico de Lewis Carroll, reinterpretada a través de su particular sensibilidad artística.

Tamara no solo pinta o esculpe; da vida a cada pieza con un concepto claro en mente: integrar lo cotidiano con lo extraordinario. En esta muestra, combina la esencia de los jardines con elementos que parecen sacados de un sueño. Entre las obras expuestas destaca Rosa blanca, rosa roja, una serie escultórica que recrea el episodio del libro donde Alicia y los jardineros intentan pintar rosas blancas de rojo. Cada escultura, parte de una serie limitada, lleva esa dualidad de fragilidad y fuerza que caracteriza su arte contemporáneo.

Entre otras piezas destacadas de la exposición de Tamara Velasco también se encuentran Cómeme, bébeme y Un mar de lágrimas, dos obras que, aunque diferentes en técnica y significado, comparten el sello distintivo de la artista: la capacidad de convertir emociones y símbolos en arte contemporáneo tangible.

Cómeme, bébeme es un bodegón que, con un guiño a la tradición andaluza, presenta un bollo típico como el elemento central. La pieza evoca el momento en el que Alicia, al enfrentarse a la curiosidad y la tentación, toma decisiones que la llevan a lo inesperado. Este trabajo, aparentemente sencillo, está cargado de simbolismo y muestra cómo Tamara transforma lo cotidiano en narrativas visuales llenas de significado.

Por otro lado, Un mar de lágrimas revisita el episodio en el que Alicia, sumida en la frustración, provoca un diluvio con su llanto. A través de composiciones geométricas de un icosaedro deconstruido y un diseño deliberadamente limpio, la obra invita al espectador a reflexionar sobre la intensidad de las emociones humanas jugando con la geometría y el simbolismo. La disposición de las piezas sugiere movimiento y transformación, como si las lágrimas, lejos de ser estáticas, fueran parte de un ciclo que termina en renovación y fortaleza, un concepto recurrente en el arte contemporáneo.

Estas creaciones son una muestra del talento de Tamara para explorar nuevas formas de conectar con el espectador. Cada obra cuenta su propia historia, pero juntas tejen un hilo que nos invita a redescubrir los detalles que hacen extraordinario lo aparentemente común, consolidando su aportación al arte contemporáneo.

Un Estilo con Identidad Propia

Lo que distingue a Tamara no es solo su técnica, sino la forma en que logra transmitir emociones a través de su obra. Su trabajo se ha convertido en una extensión de sí misma, donde los jardines verticales tienen un papel protagonista. Tamara no los utiliza como un elemento decorativo; para ella, son una forma de diálogo, un puente entre la naturaleza y la creatividad humana y una manifestación más de su concepción del arte contemporáneo.

En sus proyectos, mezcla materiales olvidados con colores vivos y patrones geométricos que reflejan su pasión por la matemática, un guiño directo a la obra de Carroll. Pero más allá de los números y las figuras, cada pieza cuenta una historia, a menudo conectada con su propia vida o con las emociones que quiere transmitir, demostrando la versatilidad del arte contemporáneo en sus múltiples facetas.

Reconocimientos que Abren Fronteras

El trabajo de Tamara ha comenzado a viajar lejos de su estudio, captando la atención tanto de expertos como de público en general. Su pieza Rosa blanca, rosa roja ha sido seleccionada como obra del mes por Safe Creative y pronto formará parte de exposiciones en Madrid y París. Además, en diciembre del próximo año, sus obras estarán presentes en la Red Dot Art Fair de Miami, un evento que reúne a lo mejor del arte contemporáneo internacional.

Estos logros no son casualidad. Reflejan años de dedicación y la búsqueda constante de nuevas formas de expresión, algo que sus seguidores han sabido valorar desde el principio. Su trayectoria es un ejemplo del impacto que el arte contemporáneo puede tener cuando se combina con una visión auténtica y personal.

Jardines verticales: una extensión de su arte

Aunque muchas de sus obras están pensadas para ser exhibidas en galerías, Tamara también ha llevado su estilo único al diseño de jardines verticales. Para ella, estos espacios no son solo estructuras funcionales o decorativas; son otra forma de arte. Cada jardín que diseña está pensado como un lugar que transmite calma, belleza y una sensación de conexión con la naturaleza.

Su interés por los jardines verticales nace de su amor por transformar espacios y darles un nuevo significado. En sus propias palabras: “Un jardín vertical es como un cuadro vivo. Cada planta, cada color, es una pincelada que debe estar en armonía con el resto”. Con esta filosofía, Tamara amplía los límites del arte, integrándolo con la naturaleza y la funcionalidad.

Estos logros no son casualidad. Reflejan años de dedicación y la búsqueda constante de nuevas formas de expresión, algo que sus seguidores han sabido valorar desde el principio.

Reconocimientos que consolidan su carrera

La proyección internacional de Tamara sigue creciendo. Su obra Rosa blanca, rosa roja ha sido seleccionada como obra del mes en Safe Creative y será exhibida en Madrid, París y Miami. Estos logros no son fruto del azar, sino de su constante esfuerzo por innovar y llevar su visión artística a nuevas fronteras.

Con una combinación única de arte contemporáneo en jardines verticales y obras que desafían lo convencional, Tamara Velasco no solo crea arte, sino experiencias que permanecen en la memoria de quienes las contemplan, reafirmando su lugar en el panorama actual del arte contemporáneo.

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